La preocupante incidencia de los incendios forestales en España

Alrededor de cien mil hectáreas con y sin árboles se incendian cada año en España; esta cifra corresponde a un total de doscientos mil campos de fútbol, y su fuerza y el riesgo que suponen ha incrementado durante los últimos años, según los datos de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España.
La biodiversidad se ve fuertemente afectada por cada incidente ambiental, a pesar de que hay ciertas plantas que son pirófitas y presentan mecanismos de respuesta como el rebrote ante los incendios.
El problema existe, por tanto, cuando los incendios surgen como consecuencia del hombre, rompiendo así la dinámica natural del ecosistema adaptado a los incendios. En este sentido, el 55% de los incendios españoles son intencionados.
El pasado 2021, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, desarrollaron un algoritmo que permite combatir los incendios forestales antes de que se produzcan. Es decir, a través de la creación de mapas se previenen las catástrofes en nuestros bosques con planos que permiten establecer la estructura de la vegetación.
Esta estructura genera información sobre los cambios en la vegetación forestal o los combustibles disponibles, entre otros aspectos. Por ello, los investigadores afirman que es “una de las variables más importantes para determinar el riesgo de incendio”.
Así, son capaces de medir distancias con un láser con una técnica que permite obtener datos con mayor precisión y utilidad a la hora de diferenciar entre combustibles de la vegetación.
Y, sobre todo, pueden elaborar mapas en zonas de difícil acceso y contribuir con políticas de prevención más eficaces.
El cambio climático provoca un mayor número de incendios forestales en España
El cambio climático está originando un mayor número de olas de calor. El impacto que esto produce está directamente relacionado con los incendios forestales en España, ya que se produce un incremento de las posibilidades de que se quemen nuestros bosques.
Una vez llega ese momento, no basta con extinguir el fuego, sino que es necesario reducir la probabilidad de ese inicio, la siniestralidad e incentivar medidas y debates sobre el uso cultural del fuego.
En la misma línea, es preciso reducir el riesgo de propagación, es decir, gestionar el territorio para asegurar que tenemos masas forestales resilientes, con buenas decisiones forestales y urbanísticas.
La reforestación es una de las mejores soluciones para revertir la situación y que los bosques estén sanos. La reforestación consiste en repoblar zonas deforestadas para recuperar bosques destruidos en el pasado reciente. Ante la pérdida de grandes masas forestales, vitales para la absorción de CO2, la generación de oxígeno y la lucha contra el cambio climático, se hace necesaria la plantación masiva de árboles nuevos con el objetivo de evitar la pérdida de ecosistemas y frenar el deterioro del planeta.
Compañías como Iberdrola están seriamente preocupadas por la sostenibilidad y por el daño a la biodiversidad. La contribución de la empresa a la prevención de los incendios pasa por la reforestación. Se ha comprometido a promover la plantación de 20 millones de árboles durante esta década —con un primer objetivo de alcanzar los 2,5 millones para 2022 y los 8 millones para 2025—, que capturarán aproximadamente 6 millones de toneladas de CO2 en 30 años.
En materia de reforestación, el programa Árboles contribuye de forma decisiva a mitigar y compensar los hábitats en los que se construyen nuevas infraestructuras, promueve iniciativas voluntarias para revertir la deforestación y fomenta la investigación y sensibilización en colaboración con los Grupos de interés. En este sentido, en los últimos 10 años la compañía ha llevado a cabo acciones de mitigación, compensación y voluntariado que han servido para cultivar 4,12 millones de árboles en el mundo.
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